domingo, 7 de agosto de 2011

D&E



“Por favor, devuélvemelo”, le suplica asustada, pensando que va a hacer de las suyas. “¿Por qué no me lo devuelves?”.  Damon decide responder:“Porque lo que estoy a punto de decir es probablemente lo más egoísta que he dicho en mi vida” Elena sigue asustada al desconocer lo que tiene preparado Damon para ella. Sabe que es un vampiro peligroso a quien no le importaría obligarle a hacer cualquier barbaridad. “¡Solamente tengo que decirlo una vez. Solamente tienes que oírlo!”.
Nunca se hubiera podido llegar a imaginar que las palabras que tenía preparadas Damon para ella distaban mucho de lo que (posiblemente) pensaba en aquel momento: Te amo, Elena. Y es porque te quiero que no puedo ser egoísta contigo, por eso no puedes saberlo”. Elena no puede articular ninguna palabra ante la confesión de Damon. “No te merezco, pero mi hermano sí”. Elena sigue en shock, sin moverse lo más mínimo. Damon se acerca a ella y la besa tiernamente en la frente. En otra ocasión Elena habría apartado la cara o hubiera dicho alguna barbaridad tipo “siempre será Stefan”, pero esta vez es diferente. Se acaba de dar cuenta de lo que Damon puede llegar a hacer por ella, sacrificando su amor para que sea feliz. “Dios… desearía que no tuvieras que olvidarlo, pero lo harás” le dice Damon con lágrimas en los ojos. Elena se despierta. No hay nadie en la habitación, y se extraña al darse cuenta de que el collar de verbena ha llegado inexplicablemente a su cuello.










"Always been you"

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