martes, 5 de julio de 2011

Cuenta atrás...

Música. Luces de colores. Vestidos. Conversaciones importantes. Un montón de personas de alta clase alrededor.
La verdad, a ella poco le importaba. No le gustaba ser una simple chica rica, obligada a asistir a esa fiesta de fin de año...
Era como sino estuviera allí. Ella no quería estar allí.
No oía nada más que sus pensamientos. Pensamientos dirigidos a él.
Preguntas en su mente nadaban, buceaban...
¿Dónde estará?. ¿Que hará?. ¿Pensará en mi también?.
Hace unas horas que estuvo con él... hablando de nada, hablando de todo. Cuando en un beso se le escapó un te quiero. Él poco acostumbrado a esas palabras, asustado por sus propios sentimiento solo supo responderle gracias...
A su mente, tan sumergida en sus pensamientos, se le olvidó el ruido, incluso a su acompañante, un chico muy apuesto que conocía desde que nació, que la miraba embobado como un niño pequeño mira una un caramelo ...
Pero una pregunta, la más importante, golpeaba su mente.
¿Vendrá aquí?. ¿Aparecerá por esa puerta?.
De pronto, cuenta atrás...
Diez. Nueve...
Su acompañante le ofreció un brindis con una gran sonrisa. Ella le respondió con otra. Suspiró, ya poco importaba si se abría la puerta.
Cinco. Cuatro...
De repente, se abre la puerta de un golpe...
Un chico de belleza sobrenatural entra, cansado como si acabara de correr por todo el mundo, solo para llegar a tiempo...
Ella se acerca desesperadamente hacia él.
Le besa casi sin pensar y se le eriza la piel al sentir el contacto de sus labios, de sus manos...
Alrededor se oye a las personas felicitándose el año nuevo.
El la mira fijamente. Te quiero, le dice el casi sin aire y con una preciosa sonrisa. 
Ella solo puede responder un gracias. Se ríen y se vuelven a besar, olvidándose de todo...


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